Dice el dicho que quien canta sus males espanta. Yo por mucho que lo hago, no logro espantar mi mal, sólo he logrado convivir con él. No es poco ese logro. A muchos les parecerá una simpleza, pero lograr convivir con la fragilidad, viendo mermadas las fuerzas de una manera progresiva, y mantener, en cierta medida, un estado mental saludabe...