EN UNA SOLA DIRECCIÓN

29.11.2024


En ocasiones nos trabamos creyendo que se puede volver a vivir el pasado. Y no es cierto. La vida siempre va en una sola dirección: Hacia adelante. Para atrás solo caminamos para coger impulso, pero sigue teniendo la intención de caminar hacia adelante.

Sin embargo, asumimos lo que quiero llamar el complejo del cangrejo. Sucede cuando nuestra mirada se atrofia en nuestras apreciaciones, porque creemos que la solución está en desandar el camino, en retomar relaciones, en vencer los traumas… ¡Cuánto pasado no resuelto!

No tiene sentido. El pasado sólo está como orientación para el presente como esa decisión inapelable que ya no tiene vuelta atrás. No existe vuelta de hoja que se precie o que ponga solución en nuestro presente, lo que en el pasado fuimos incapaces de resolver.

Por eso, es oportuna la pregunta del ¿para qué? ¿cuál es la finalidad que se persigue cuando volvemos a nuestro pasado? Esta zamba para olvidar nos lo dice con convicción: «No sé para qué volviste, ya ves que es mejor no hablar»

Aunque siempre se puede hablar de algo, es cierto que no tiene sentido retrotraernos al pasado, porque nada solucionará en la vida, tampoco los problemas del amor, ni los sentimientos son los mismos y a la experiencia vital no le ha quedado más remedio que cambiar. Y al cambio hay que darles cosas nuevas.

Prefiero mirar hacia el futuro, el presente ya me lo conozco, el futuro está por explorar. Lo miro con fe y esperanza, y sé que me aportará más alegrías que tristezas. Sólo hay algo que permanece en mí en los tiempos que contemplo: del pasado todo cuanto puede elegir y amar. En el presente, todo lo que vivo y espero, y el futuro, todo lo que me queda por descubrir y experimentar de la vida y de Dios.

Bendiciones para todos.

Fr. Alexis González de León, o.p.