El texto de Lucas 21,1-4 sitúa a Jesús en el templo. Observaba a todo aquel que daba un donativo. Todos ricos y pobres cumplían observando el deber de dar diezmo de su sueldo a las necesidades del templo. Jesús repara en una anciana. Y no deja pasar la ocasión para enseñar a los discípulos la diferencia de dar con generosidad y lo que significa compartir sobriamente de lo que a uno le sobra.
Jesús centra la mirada en aquella anciana y dice a los discípulos que ella había dado todo lo que tenía para vivir. No se guardó nada para sí. Dar lo que se tiene para vivir supone quedarte sin nada y ofrecérselo a Dios como ofrenda y abandonarse a la providencia. Será Dios quien distribuya los bienes y quien le devuelva a cada uno según justicia.
Distinto resulta cuando uno sólo se dona con reservas. Aquel que da lo que le sobra, no tiene en cuenta la justicia con la que Dios pueda obrar por medio de sus manos. Al contrario, él mismo es su propia justicia. Dar de lo que sobra es recurrir a la miseria que el egoísmo evuelve. No hay preocupaciones, todo está cubierto, ni siquiera hay necesidad de compartir. Cuando se da lo que sobra, la mirada hacia al otro se vuelve indiferente. Sobras, más que sobras, no hay una clara muestra de auténtica generosidad. La necesidad del otro, su pobreza, no mueve las entrañas de aquel que anda sobradamente por esta vida. Sólo se ajusta a lo convenido, al cumplimiento. No hay compromiso solidario que ayude a paliar el hambre del prójimo. No hay desprendimiento.
Lucas 18:25-27 nos recuerda la facilidad que tiene un camello pasar por el agujero de una aguja, que a un rico pasar al reino de los cielos. En ocasiones vivimos encadenados a las riquezas, envueltos en actitudes insolidarias, no hay desprendimiento de cuanto poseemos. Por eso, Jesús recuerda algo importante como heredad del Reino de Dios. Seguir a Jesús supone una actitud de total desprendimiento, una vida de entrega continuada y generosidad sin medida. Con Jesús hay que darlo todo. Todo aquello que se tiene para vivir. Con Dios nada hemos de guardar. No existen reservas en el seguimiento a Cristo Jesús.
Oremos por cuanto pasan necesidades para llegar a fin de mes. Por aquellos que teniendo olvidan su responsabilidad de compartir con los más necesitados. Que el Señor envuelva con su amor a todos y nos ayude a comporender lo que significa dar todo aquello que tengo para vivir.
Fr. Alexis González de León, o.p.